Treinta años de residencia en dermatología: historia, presente y compromiso con el futuro
Hace tres décadas nació en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición una residencia médica en dermatología con la convicción de formar médicos –-no sólo especialistas– que entendieran la piel como un órgano vivo, complejo y central para la salud integral de las personas. Hoy celebramos treinta años de trayectoria, aprendizaje y servicio, marcados por avances científicos, desafíos clínicos y un compromiso constante con la excelencia educativa.
En estos treinta años, la residencia ha sido un laboratorio de formación donde la teoría se confronta con la práctica diaria: diagnóstico cada vez más temprano, tratamientos más seguros y eficaces, y una atención más humana y centrada en el paciente. Hemos visto pasar generaciones de residentes que, con curiosidad, rigor y ética, se han convertido en dermatólogos que lideran servicios, investigan innovaciones y educan, a su vez, a las nuevas generaciones.
Este aniversario nos invita a rendir homenaje a quienes han sido protagonistas: los residentes egresados, cuyos logros y trayectorias ilustran la repercusión de nuestra formación; y los residentes actuales, que continúan el legado con dedicación, participación en proyectos de investigación y compromiso con la salud de la comunidad. Su esfuerzo diario es la prueba palpable de que la residencia no es un mero periodo de aprendizaje, sino un proceso formativo que transforma y empodera.

A lo largo de tres décadas, nuestra casa ha promovido una cultura de excelencia clínica, ética y humanista. Hemos integrado avances en dermatoscopia, terapias biológicas, cirugía dermatológica y dermatología mínimamente invasiva, siempre con una visión de atención centrada en la persona, su entorno y su calidad de vida. Pero el progreso no habría sido posible sin el cuerpo docente, las instituciones aliadas y, sobre todo, las familias que acompañan a los residentes en este viaje.
El aniversario nos llama a mirar hacia el futuro con humildad y audacia. Debemos fortalecer la formación integral: ampliar la experiencia clínica de alta complejidad, fomentar la investigación con rigor metodológico, y promover la educación continua entre egresados y actuales para mantener la calidad y la ética que nos caracterizan. También es tiempo de ampliar el alcance de nuestra misión: generar impacto en la salud pública, reducir las brechas de acceso a la dermatología y responder con rapidez a las necesidades emergentes de la población.
En este 30 aniversario, agradecemos a todos los que han contribuido a hacer de nuestra residencia un referente: docentes, residentes, personal de apoyo, centros de investigación y la comunidad. Que este hito fortalezca nuestra identidad colectiva y nos inspire a seguir construyendo una dermatología de excelencia, con compasión y responsabilidad social.
Celebramos, pues, no sólo una tradición de tres décadas, sino una promesa renovada: formar dermatólogos competentes, éticos y humanos, cuyo trabajo mejore la salud de las personas y enriquezca la ciencia y la sociedad. Muchas gracias.

