Final story.
Dermatol Rev Mex. 2019 noviembre-diciembre;63(6):545-546.
Lourdes Alonzo-Romero Pareyón
Jefa del Servicio de Dermatosis Reaccionales, Centro Dermatológico Dr. Ladislao de la Pascua, Ciudad de México.
Mucho me ha sorprendido hacer conciencia de que fue en enero de 2009 cuando tomé a cargo la función de editora de Dermatología Revista Mexicana, diez años que se han deslizado ligeros y pletóricos de satisfacciones. Recuerdo un inicio arduo, con el temor de no estar a la altura del compromiso que adquiría, sobre todo partiendo de que mis predecesores fueron maestros de gran altura y espíritu de compromiso, siendo el que por más tiempo desarrolló esa función el querido Dr. Amado Saúl Cano, durante 35 años.
En relación con esto, como ya lo he mencionado en otras ocasiones, se ha podido mantener la calidad de la revista, porque vamos en hombros de gigantes, frase de origen incierto, pero de enorme capacidad descriptiva, que alude al apoyo que uno encuentra en las grandes personalidades que nos han precedido. Con el fin de no redundar, no mencionaré nuevamente a todos los que han participado para forjar la revista, pues en cada etapa en que se ha realizado alguna modificación al cuerpo editorial de ésta, se ha enumerado a cada uno, así como sus aportes y sus tiempos; en esta ocasión hablaré solamente de lo que me ha tocado vivir a partir de mi nombramiento.
Desde enero de 2009, cuando tomé el cargo de editora, la revista salió siempre en tiempo y forma, seis números al año con el esquema de originales, artículo de revisión y casos clínicos, con mínimas variaciones entre número y número. En enero de 2009, iniciamos con dos artículos originales, un artículo de revisión y cuatro o cinco casos clínicos en los primeros tres números; a partir del cuarto número de ese mismo año, se incorporó como editora de la revista la Dra. Linda García, quien trabajó de manera eficaz y entusiasta, se aumentó el número de originales a un mínimo de tres, agregando algunas secciones diferentes al material que se publicaba, otorgando un toque personal a los números a su cargo, ya que a partir de ese momento fuimos responsables de los números de la revista en forma alterna, un número a mi cargo, el siguiente para la Dra. Linda. El número 6 de 2009 me lo solicitó de manera completa el Colegio de Jalisco, a través del doctor Víctor Manuel Tarango y con ello se sentó el precedente de algunos números que en exclusiva han generado en años posteriores diversos grupos dermatológicos con un aporte personal.
En enero de 2012, la Dra. García pasó la estafeta de la editorial al MC Alexandro Bonifaz, no menos entusiasta y con gran don de gentes, quien aporta su carisma y gran capacidad de trabajo al funcionamiento de la revista y aunque se conserva el esquema de mínimo tres originales y de tres a cinco casos clínicos, ahora se genera de manera conjunta; todo el material que se recibe lo trabajan ambos editores, sin distinción de números.
A partir del número 4 de 2017 se desarrolló una nueva sección por iniciativa del Dr. Pablo Campos, La dermatología y el arte, que viene a enriquecer el material publicado. Asimismo, no debemos olvidar que todos estos años el Dr. Roberto Arenas ha estado atento a proporcionar en forma regular la sección de resúmenes, que ha sido tradicional de nuestra revista desde sus orígenes y se ha mantenido desde que él fungía como editor.
De manera adicional al trabajo cotidiano de mantener activo el proceso editorial de cada número de la revista, a partir de 2010 me preocupó poner mayor atención a generar las constancias de participación por parte de los lectores, que contestaban y enviaban los cuestionarios de los artículos de revisión, con valor curricular, sistematizando su envío y desde el año 2011, con el fin de agradecer la participación de los revisores de la revista e incentivar su valiosa participación en esta labor altruista, se presentó la solicitud al Consejo Mexicano de Dermatología para que se concediera puntaje con valor curricular para la recertificación a los revisores, por cada artículo a su cargo, iniciativa que tuvo aceptación en 2012.
Es claro que el mantenimiento de la revista, cumpliendo sus características de regularidad, periodicidad y la ambición de mejorar la calidad, no es trabajo de uno, sino de muchos elementos que en ella participan y acorde con esto, quiero hacer patente mi reconocimiento a la Lic. Evangelina Andraca, a quien deseo agradecer el gran apoyo que desde mis inicios me ha proporcionado, quedando claro su trabajo eficaz y comprometido.
No me queda más que decir que hay que saber cuándo debemos retirarnos, para todo hay tiempo y creo que el ciclo para mí se ha cumplido; es el momento de ceder el paso a nuevas manos que no solamente mantengan, sino que hagan crecer nuestro tan querido órgano de difusión.