The medical visit.
Dermatol Rev Mex. 2019 marzo-abril;63(2):225-227.
Arturo Vargas-Origel,1 Pablo Campos-Macías2
1 Pediatra neonatólogo.
2 Dermatólogo.
Facultad de Medicina de León, Universidad de Guanajuato.
La pintura que se analiza se titula La visita o la inspección médica; la realizó Toulouse-Lautrec (1864-1901) en 1894 cuando vivía en un prostíbulo de lujo que tenía cuartos con distintos decorados, chino, morisco, gótico, etc., y estaba situado en el número 24 de la Rue des Moulins en París.
De la obra hay dibujos preparatorios y ésta se considera la versión final; se realizó con la técnica favorita de Toulouse, óleo sobre cartón, con pinceladas o trazos rápidos y, como muchas de sus obras, el cuadro parece inacabado. Los personajes centrales son dos mujeres de distintas edades; la mayor, llamada Gabrielle La Danseuse tiene aspecto cansado, actitud resignada, un poco más cargada en carnes; la más joven es pelirroja, lo que le encantaba a Toulouse, y de la cual se ignora su nombre, tiene la mirada al frente, algo desafiante. Las dos van en fila, ya con el fondo subido y sin ropa interior, muestran sus glúteos y muslos desnudos y llevan medias negras hasta las rodillas. Acuden a su revisión periódica por el médico sanitarista quien certificará que no tengan enfermedades sexuales; esta inspección médica, de dudosa utilidad, se consideraba una forma de evitar las infecciones de transmisión sexual, sífilis en especial, entre las prostitutas. En caso de ser positivas se mandaban a tratamiento a un hospital y si a pesar del diagnóstico continuaban ejerciendo podían ir a la cárcel. Es un retrato crudo, con cierta dignidad y la mayor naturalidad, de mujeres con esta profesión. Hay un tercer personaje, una mujer volteada de espaldas, viste una bata o un kimono color oscuro verde turquesa, parece de mayor edad y podría ser la madama del lugar.
La prostitución era legal en París; para fines del siglo XIX había 34 mil prostitutas, lo que representaba 1.5% de la población, de las que 70% podrían padecer sífilis. En la población general la prevalencia de la enfermedad era de 10 a 15%, por lo que se consideraba una epidemia. La inspección médica era sólo con bases clínicas porque el treponema causante del problema lo descubrieron en 1905 Schaudinn y Hoffmann y en 1906 se describió la primera prueba de laboratorio o reacción de Bordet-Wassermann. De igual forma, para 1894, fecha de la pintura, no había ningún tratamiento adecuado contra la enfermedad, se usaba mercurio y guayaco; el primero realmente efectivo fue el salvarsán, arsénico salvador o compuesto 606, una de las “balas mágicas” de Erlich, se descubrió en 1901, era muy doloroso y tóxico; en 1911 siguió el neosalvarsán, pero con el descubrimiento y fabricación de la penicilina en el decenio de 1940 pudo combatirse de manera adecuada.
Toulouse Lautrec (1864-1901), pintor francés, bohemio, alcohólico, amante de la vida nocturna, cabarets, circos y prostíbulos, perteneció a los posimpresionistas, junto con Van Gogh, Gauguin y Cezanne, entre otros. Es muy probable que haya sufrido de picnodisostosis, enfermedad congénita de carácter autosómico recesivo, heredada por sus padres que eran primos hermanos y pertenecían a la aristocracia francesa. Es una enfermedad lisosomal con alteración en la matriz proteica del hueso y su calcificación; los pacientes cursan con talla baja, osteoesclerosis, problemas dentales y fragilidad ósea, por lo que Toulouse se fracturó, por traumatismos menores, ambos fémures en la adolescencia. Su problema le impidió crecer, en especial de las extremidades, lo que junto con las alteraciones faciales, le hacía tener un aspecto deforme; esto influyó de manera definitiva para que, en lugar de vivir con su familia aristocrática, prefiriese otras amistades y un ambiente donde fuese bien aceptado. Después tuvo problemas de alcoholismo, estuvo hospitalizado en un sanatorio mental y muchos autores señalan que además padeció sífilis terciaria con signos de afectación neurológica.
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