The wedding.
Dermatol Rev Mex. 2021; 65 (2): 274-277. https://doi.org/10.24245/dermatolrevmex.v65i2.5604
Eduardo Corona-Rodarte, María Fernanda García-Gutiérrez, Judith Monserrat Corona-Herrera
Departamento de Medicina Interna, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Ciudad de México.
Es a través de una boda o casamiento que se celebra el comienzo de un matrimonio. Sus orígenes se registran desde el año 2350 aC en Mesopotamia por medio de una ceremonia o rito en el que se unía un hombre a una mujer. Durante los siglos siguientes esta tradición fue adoptada por diferentes culturas. En sus inicios, el matrimonio era muy distinto a lo que percibimos y perseguimos el día de hoy; poco tenía que ver con el amor o con la religión. Las parejas eran unidas por razones prácticas, económicas e incluso por razones políticas, pero no por el deseo de convivir en par. Fue en 1184, en el Concilio de Verona, que el matrimonio se reconoció como un sacramento por la Iglesia católica y en 1563, en el Concilio de Trento, el sacramento del matrimonio formó parte de la ley canónica.1
La boda (Figura 1) es un cuadro elaborado por Francisco de Goya pintado al óleo sobre lienzo que mide 269 x 396 cm y que pertenece a una serie de cartones para tapices realizada entre 1788 y 1792, “de asuntos de cosas campestres y jocosas” destinada para la decoración del gabinete de Carlos IV en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial; hacia el año de 1856 o 1857 fue transferido al Palacio Real de Madrid y finalmente trasladado en 1870 al Museo del Prado ubicado en Madrid, donde actualmente se encuentra.2 La escena de la obra se desarrolla en el ámbito rural en algún pueblo de España, en el centro se enmarca un monumental puente de piedra por donde ingresa la luz y destellan los colores de los trajes que portan los novios y asistentes de la celebración. La novia destaca por su belleza, erguida y sin perder la compostura, cubierta por un vestido azul bordado en oro y con grandes pendientes brillantes; al novio se le identifica con rasgos grotescos, robusto y de piel morena, todavía más resaltado por el rojo de su casaca. Quizás se trate de un criollo recientemente enriquecido del Nuevo Mundo.
De lado izquierdo se observa a un niño del cortejo callejero, casi de espaldas, con una zona alopécica en la piel cabelluda, de bordes irregulares, siendo poco factible precisar un diagnóstico certero; sin embargo, podría ser sugerente de tiña de la cabeza, dermatitis seborreica o alopecia areata (Figura 2). Goya, en un plano superior y por encima del resto, dispone en un extremo a un niño con los brazos alzados y en otro a un anciano de báculo y tricornio negro, ambos frente al espectador; el resto de los personajes se disponen en medio casi por edad, representando una historia de vida desde la infancia hasta la senectud, con el matrimonio de paso entre ellos.
La boda es, en realidad, una sátira sobre los matrimonios por conveniencia, desigual y únicamente por interés adoptando matices satíricos, lo que es evidente por las actitudes de los personajes. Goya expone un tema controvertido frecuentemente abordado por los intelectuales y políticos de la época, así como por la sátira literaria y el teatro que retratan la sociedad de su tiempo.
Francisco de Goya y Lucientes fue un pintor y grabador español nacido en Fuendetodos en 1746.3 Es considerado uno de los padres del arte contemporáneo y uno de los mayores retratistas de todos los tiempos. Sus obras siempre fecundas y versátiles evolucionaron desde el rococó, pasando por el neoclasicismo hasta el romanticismo. A los 46 años, Goya comenzó con dolores abdominales, vértigo, temblores, paresia del brazo derecho concomitantes con sordera, esta última jamás desaparecería. Se cree que se trató de saturnismo, mal que aquejaba de manera frecuente a los pintores de la época y que lo obligó a aprender el lenguaje de señas.4 Falleció en 1828 dejando un legado de quinientos óleos y pinturas murales, así como cientos de aguafuertes y litografías.
La tiña de la cabeza es la infección superficial por dermatofitos más frecuente en la edad pediátrica. Los dermatofitos representan un grupo de hongos con el potencial de infectar estructuras cutáneas queratinizadas inviables, como el estrato córneo, las uñas y el cabello.5 No resulta extraño que se presente en la obra de Goya por el contexto social en la que se ubica. El agente causal de la tiña de la cabeza varía geográficamente, Microsporum canis es el más frecuente en Europa y Trichophyton tonsurans en Norteamérica. La tiña de la cabeza debe ser particularmente considerada en niños preadolescentes con alopecia difusa o circunscrita y descamación asociada, no es infrecuente identificar adenopatías auriculares o cervicales concomitantes. Su diagnóstico puede establecerse por medio de microscopia directa, cuya preparación se realiza con la aplicación de solución de hidróxido de potasio al 5-20%; los dermatofitos se reconocen como estructuras tubulares septadas. Otra forma de establecer el diagnóstico puede ser con un cultivo en medio de Sabouraud con glucosa en el que el crecimiento de hongos suele observarse en 10 a 14 días, o por medio de dermatopatología con tinciones con PAS o metenamina. Característicamente la tiña de la piel cabelluda no responde de manera apropiada a tratamientos tópicos, por lo que la terapéutica oral es necesaria. El tratamiento de elección es la griseofulvina en los países en los que está disponible.6
Este padecimiento fue captado por numerosos pintores en la antigüedad por su frecuencia y considerables brotes, tal es el caso de la excepcional obra de Esteban Murillo, Santa Isabel curando a los tiñosos, un lienzo ubicado en la Iglesia de San Jorge en Sevilla.7 El poco control de la tiña de la cabeza obligó la creación de estrategias peculiares, como el desarrollo de escuelas y asilos para “tiñosos”, como lo podemos apreciar en la extraordinaria obra de Isidore Pils, La oración de los niños tiñosos de 1853, lienzo que actualmente se encuentra en el Museo de la Asistencia Pública en el Hospital de París.8 La tiña de la piel cabelluda continúa siendo una micosis frecuente con algunas teorías señalando a los factores socioeconómicos como factor de riesgo.9
Goya, siempre controvertido, se convierte en un exponente de la realidad mundana que lo rodeaba. Hoy día, el matrimonio es considerado culturalmente universal, esta celebración varía de acuerdo con culturas, religiones y se transforma con el paso del tiempo. No es imprescindible contraer nupcias para convivir con quien deseamos, aunque, ciertamente, la vida se trata de las relaciones que formamos y cómo éstas influyen en nuestra forma de ser y modifican nuestra forma de pensar. En un retrato Goya narra magistralmente una ilusión al camino de la vida en la que, de paso y habitualmente por el medio, puede encontrarse una boda.
REFERENCIAS
1. Zarean M, Barzegar K. Marriage in Islam, Christianity, and Judaism. Religious Inquiries 2016; 5 (9): 67-80.
2. Mena-Marqués M, Maurer G. Goya en Madrid cartones para tapices 1775-1794. Madrid. Museo Nacional del Prado, 2014.
3. Smith PEM, Chitty CN, Williams G, Stephens D. Goya’s Deafness. Pract Neurol 2008; 8 (6): 360-377. doi. 10.1136/jnnp.2008.161349.
4. Santiago JM. Goya, Fortuny, Van Gogh, Portinari: El saturnismo en los pintores a lo largo de tres siglos. Rev Clin Esp 2006; 206 (1): 30-32. https://doi.org/10.1016/S0014-2565(06)72707-2.
5. Wolff K, Johnson R, Saavedra A, Roh E. Fitzpatrick’s color atlas and synopsis of clinical dermatology. 8th ed. New York: McGraw-Hill Education LLC; 2017.
6. Elghblawi E. Tinea capitis in children and trichoscopic criteria. Int J Trichol 2017; 9 (2): 47-49. doi. 10.4103/ijt.ijt_54_16.
7. Cansino-Cansino A, Ferreras-Romero G, Martín-García L. Recuperación de una obra de Bartolomé Esteban Murillo: Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos. Rev PH 2009; 70: 16-39.
8. Bonifaz A, Mena L. La oración de los niños tiñosos de Isidore Pils. Dermatol Rev Mex 2017; 61 (5): 429-431.
9. Mirmirani P, Tucker L. Epidemiologic trends in pediatric tinea capitis: A population-based study from Kaiser Permanente Northern California. J Am Acad Dermatol 2013; 69 (6): 916-921. doi. 10.1016/j.jaad.2013.08.031.
Recibido: enero 2021
Aceptado: enero 2021
Este artículo debe citarse como: Corona-Rodarte E, García-Gutiérrez MF, Corona-Herrera JM. La boda. Dermatol Rev Mex. 2021; 65 (2): 274-277.