Dermatol Rev Mex. 2019 septiembre-octubre;63(5):543-544.
Ivonne Arellano-Mendoza,1 Patricia Mercadillo-Pérez2
1 Jefa del Servicio de Dermatología.
2 Jefa del Servicio de Dermatopatología.
Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga, Ciudad de México.
Es muy difícil decirle adiós a la persona, maestra, colega y amiga que fue la Dra. Gladys León Dorantes. Ella nació en Tabasco y realizó sus estudios de medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México, fue la primera residente universitaria del Servicio de Dermatología del Hospital General de México y la realizó bajo la tutela del Dr. Amado Saúl. Concluyó su maestría en Epidemiología Clínica en la Universidad de McMaster en Canadá, lo que le permitió iniciar y colaborar permanentemente con la Unidad de Epidemiología Clínica del Hospital y desde ahí instrumentar numerosos proyectos que beneficiarían a un gran número de pacientes, especialmente se preocupó y procuró el bienestar de los enfermos con psoriasis y vitíligo. Siempre estuvo comprometida en el estudio de la calidad de vida y en las formas de facilitar tratamientos innovadores y que estuvieran al alcance de todos, así inició la clínica de Enfermedades Ampollosas, de Colagenopatías, de Psoriasis y la Unidad de Fototerapia del Hospital en donde aún se atienden con alta especialidad muchos pacientes. Se desempeñó como Jefa del Servicio de Dermatología y durante su gestión impulsó la investigación y modernizó la manera en que se impartía la enseñanza de posgrado. Fue titular del curso de especialización en Dermatología y formó a muchas generaciones de excelencia. Publicó una gran cantidad de artículos nacionales e internacionales.
Ocupó una posición preponderante en el Consejo Mexicano de Dermatología, fue maestra de pregrado de la UNAM, del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad La Salle. En los últimos años fungió como Presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología.
Su prematuro deceso nos tomó a muchos por sorpresa y deja un gran vacío, la huella que dejó en cada paciente, cada alumno, cada amigo será imborrable, y nos queda como legado la alegría, la generosidad, la plenitud y la grandeza con que vivió su vida profesional y personal.
Descanse en paz, querida Dra. León.