Community dermatology in times of pandemic. Ephemeris of a program.
Dermatol Rev Mex. 2021; 65 (3): 311-318. https://doi.org/10.24245/dermatolrevmex.v65i3.5766
El equipo de Dermatología Comunitaria: Roberto A Estrada C, María de Guadalupe Chávez L, Guadalupe E Estrada-Chávez, Roberto M Estrada-Chávez
Es indudable que el arribo de la pandemia causada por el virus del SARS-CoV-2, COVID-19, significó un impacto brutal en la vida de todos y de todo. Se habla de una nueva normalidad como si hubiéramos sido trasladados a otro mundo en el que tenemos que adaptarnos a vivir. Aunque aparentemente todo lo que nos rodea sigue igual, el enemigo invisible nos amenaza y ha limitado drásticamente nuestras actividades y nuestras vidas.
Los dermatólogos, muy frecuentemente subestimados, somos desplazados para recibir la protección de la vacuna no sólo a nivel privado, sino también institucional. Si alguien tiene el valor de denunciar y exponer las mentiras sistemáticas que a diario nos llueven, es hostilizado y atacado con más mentiras arteras y mal intencionadas.
Entre todo este caos tenemos que seguir haciendo la tarea para la que fuimos capacitados, nuestra razón de ser, pues sin ella quedaríamos reducidos a entes sin propósito, no importa la edad, lugar, posición o situación social o económica. Algunos sentirán este llamado con mayor o menor intensidad.
Desde su nacimiento en 1991, nuestro programa ha sufrido cambios, a veces leves, otras drásticos, cuando se dio a conocer el concepto de “Dermatología comunitaria”: poner al alcance de la gran masa poblacional poco o nada habiente, los conocimientos y recursos de nuestra especialidad llevando la atención del nivel individual al plano comunitario, al principio enfocándola desde el punto asistencial y de investigación asociados con quien sabía más de epidemiología: el Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Guerrero, para conocer precisamente entre los desfavorecidos cuál era la situación epidemiológica de las enfermedades de la piel.
Un lustro más tarde unió esfuerzos con el DIF Estatal Guerrero para visitar sistemáticamente las regiones más aisladas y desprotegidas del estado de Guerrero en sus siete regiones sanitarias y, una década más tarde, al darnos cuenta de la necesidad de preparar al personal de salud en el reconocimiento y manejo de los padecimientos más frecuentes de la piel, ya que las áreas más pobres y remotas son atendidas siempre por dicho personal, se firmaron acuerdos con la Secretaría de Salud para sistematizar esos cursos, uno por año en cada región.
A inicios del decenio de 2010 nuestro programa había despertado el interés en diferentes sectores de la especialidad, incluso en el extranjero, a través de la Academia Americana de Dermatología y la Fundación Internacional para la Dermatología, con visitas sistemáticas de dermatólogos y residentes de Dermatología y la participación de residentes de las diferentes escuelas dermatológicas en nuestro país, así como la participación de nuestros estudiantes de medicina de la universidad estatal. Pero las condiciones de seguridad cambiaron y el programa tuvo que ser frenado abruptamente para no exponer a los que con tan generoso interés participaban en nuestras actividades. Ante la disyuntiva de evolucionar o morir, recurrimos a los avances de la tecnología y en 2014 dimos a conocer en el editorial Nuevos caminos en Dermatología Comunitaria (Dermatol Rev Mex 2016; 60 [3]: 199-201) la modalidad de teledermatología a través de la cual nuestros cursos no sólo continuaron, sino, paradójicamente se ampliaron de 60 a 100 participantes hasta 300 a 500 en cada curso; no sólo en nuestro estado, sino en 10 estados más de nuestro país. La detección de casos complicados y la asesoría para los trabajadores de la salud en áreas remotas se hicieron más continuas y fluidas.
Aun así, sentíamos la necesidad de tener un lugar donde recibir a esos pacientes complicados para poder realizar los estudios diagnósticos necesarios o, bien, referirlos con fundamento a otras especialidades para su mejor atención. Fue así como, a fines de 2018, se fundó el Centro Dermatológico Dr. Ramón Ruiz Maldonado en memoria de quien fue gran maestro de la dermatología, impulsor decidido de la dermatología comunitaria en la que participó, tanto en los cursos como en las jornadas, pero sobre todo entrañable y leal amigo.
Pero llegó la pandemia al inicio del fatídico 2020, el año de los gemelos; al vernos en la necesidad de aislarnos forzosamente y ante el desconocimiento de una amenaza que demostraba ser mortal, el Centro permaneció cerrado la mitad del año, sin que, como le pasó a todos, hubieran disminuido los gastos de mantenimiento. En la segunda mitad del año reiniciamos actividades; sin embargo, nos percatamos que los pacientes que llegaban ya no eran los que más necesitaban, sino los que, por la facilidad de evitar citas largas en otras instituciones, por evitar pagar el costo de una consulta particular o por mera comodidad al vivir cerca del centro, eran los pacientes habituales, perdiéndose así el propósito real de nuestro trabajo. Por ello, a fines del año nos dimos a la tarea de buscar un lugar más adecuado para continuar nuestra labor y así encontramos una ciudad pequeña, a 30 minutos de la capital del estado, pero rodeada de comunidades indígenas aquejadas por enfermedad y pobreza y que constituía la entrada accesible al área más pobre y desfavorecida del estado, La Montaña. Esta población es Tixtla de Guerrero, lugar que vio nacer a uno de los héroes patrios más preclaros de nuestra historia, lugar que, si no hubiera sido por el afán de algunos de sus habitantes de modernizarse, bien hubiera podido entrar en la clasificación de pueblo mágico por su belleza, arte culinario, hospitalidad y arquitectura colonial. Encontramos así una casa antigua, idónea para nuestras actividades.
En este lugar la mayor parte de los sábados del año se programará la atención de los pacientes referidos por el personal de salud de la región y todos los canalizados por los que han tomado nuestros cursos de dermatología básica, principalmente pacientes de escasos recursos con enfermedad dermatológica que no han recibido el diagnóstico o el tratamiento oportunos.
Abrimos nuevamente nuestro programa con el apoyo de las autoridades estatales y municipales a todo aquel que requiera atención dermatológica, la capacitación para el personal de salud del primer nivel, pero también para invitar a los colegas dermatólogos interesados en vivir la experiencia de atender a la población de escasos recursos, a los residentes de las diferentes escuelas dermatológicas en nuestro país y en el extranjero para ver en una sola consulta casos que aun dentro de sus instituciones sólo tienen la oportunidad de ver esporádicamente: la dermatología de la pobreza.
Ponemos a disposición de los interesados nuestra página web: Dermatologiacomunitaria.org.mx, nuestro correo: [email protected]. La página de Facebook: Centro Dermatológico Dr. Ramón Ruiz Maldonado para comunicar nuestras actividades, y nuestros teléfonos: 744-4849977 y 744-2289801, donde podrán recibir información, avisarnos de su visita y reservar las fechas en que quieran participar.
No podemos ofrecer más que: un fin de semana con una experiencia enriquecedora, un ambiente agradable y estimulante, seguramente una deliciosa comida y nuestra amistad. A lo largo de este artículo podrán encontrar la reseña fotográfica de la inauguración del nuevo Centro que esperamos reafirme junto con este intento de poesía la invitación para su visita y participación.
Préstame tus sentidos
Ven hermano, ven te invito
A conocer la realidad de nuestras vidas
Tú que has sido elegido entre los privilegiados
Sabrás que hay otra vida que no conoces
Tú que has sido investido con el don divino de aliviar
Úsalo para algo más noble que el dinero.
Préstame tus sentidos
Olerás el ácido humor del sudor y la pobreza
Nuestra piel impregnada de humo y de trabajo
Verás lo profundo de nuestras llagas
Y el pálido color de nuestros niños
Tocarás nuestra piel engrosada por el polvo y por el sol
Y adelgazada por la edad y el sufrimiento
Escucharás la voz repetida del dolor, sin quejas ni reproches
Que sólo quiere encontrar oídos que lo atiendan
Y compartirás conmigo la humildad y austeridad de mi comida
Dándote cuenta que no hay mejor condimento que el hambre
No quiero limosnas que ofendan mi dignidad
Sino solidaridad de hermano que ayuda sin la soberbia
Del que todo ha recibido, quizá sin merecerlo
Te ofrezco a cambio: fatiga sin dinero
Trabajo sin descanso, riesgo innecesario
Y la satisfacción de dar sin que te pidan
Te regalaré la sonrisa de mis niños y la dulzura de su mirada
El crónico dolor en los ojos de mis viejos
Donde podrás sondear sabiduría
Y tendrás el derecho, jamás mejor ganado, de llamarte médico.
Roberto A Estrada C (2007)
Recibido: marzo 2021
Aceptado: marzo 2021
Este artículo debe citarse como: Estrada CR, Chávez LM, Estrada-Chávez GE, Estrada-Chávez RM. Dermatología comunitaria en tiempos de pandemia. Efemérides de un programa. Dermatol Rev Mex 2021; 65 (3): 311-318.