Dermatol Rev Mex. 2025; 69 (5): 716-719. https://doi.org/10.24245/dermatolrevmex.v69i5.10747
Ana Elena Guerrero Ponce,1 Alexandro Bonifaz2
1 Dermatóloga. Práctica privada, Médica Sur, Diplomatura de Tricología, CILAD.
2 Investigador titular, Servicio de Dermatología, Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga, Ciudad de México
Pedro Pablo Rubens (1577-1640) nació en Siegen, Alemania, en la región de Westfalia, en el seno de una familia flamenca calvinista que se había exiliado de Amberes por motivos religiosos. Tras un periodo en Colonia, la familia regresó a Amberes en 1589, ya convertida al catolicismo, religión que Rubens adoptó con fervor a lo largo de su vida. Su formación fue excepcional para un artista de su tiempo. Recibió una educación humanista que incluyó estudios de gramática, retórica, latín y griego, y más tarde se formó como pintor con Otto van Veen, artista influido por los ideales clásicos y vinculado con la corte de Bruselas. Esta base le permitió desenvolverse con soltura en ambientes aristocráticos y diplomáticos.1 En 1600 se trasladó a Italia, donde sirvió como pintor de la corte del duque de Mantua. Durante su estancia de ocho años, estudió profundamente la escultura grecorromana y la obra de los grandes maestros del Renacimiento, como Rafael, Miguel Ángel, Tiziano y Tintoretto. No obstante, la influencia decisiva fue la de Caravaggio, cuyo naturalismo y uso del claroscuro orientaron a Rubens hacia el estilo barroco, caracterizado por el dinamismo, la sensualidad y una intensidad cromática sin precedentes.2
El éxito de Rubens se explica por su dominio técnico y por su capacidad para interpretar los ideales de su época: una exaltación de la Antigüedad y una afirmación de la identidad europea en un contexto de crisis cultural. Entre sus obras más reconocidas destacan El descendimiento de la cruz, llamada también El descendimiento de Cristo; El juicio de Paris, La masacre de los inocentes o La matanza de los inocentes, La caída de Faetón, Saturno, Las tres gracias, El nacimiento de la Vía Láctea y Sansón y Dalila, que constituirá la presentación central de este comunicado.3
Sansón y Dalila (1609-1610) es una pintura al óleo sobre madera de 185 x 205 cm; se encuentra en la Galería Nacional de Londres. Figura 1
Esta pintura no sólo recrea un episodio bíblico de traición y pérdida, sino que trata, con gran carga simbólica, la fragilidad de la fuerza humana cuando ésta se deposita en lo corporal. La obra fue encargada por Nicolaas II Rockox para su residencia en Amberes, de donde fue alcalde y amigo personal de Rubens, tan es así que está incluido de una manera casi imperceptible, pero en un espacio privilegiado de su cuadro más famoso, justo en la fracción de la derecha (Presentación de Cristo en el templo), al lado derecho del tríptico El descendimiento de la cruz; esto habla de la cercanía y confraternidad de ambos personajes.
La elección de este pasaje del Antiguo Testamento –en el que Sansón pierde su fuerza tras ser traicionado por Dalila, quien ordena cortarle el cabello mientras duerme– permite reflexionar sobre el pelo como símbolo de poder físico, salud y virilidad. En la iconografía judeocristiana, el pelo largo de Sansón representaba una promesa divina, pero también una condición material que sostenía su extraordinaria fuerza. En ese sentido, su pérdida no sólo marca la caída del héroe, sino también una ruptura con la imagen de plenitud corporal asociada con el vigor masculino.
La escena está rodeada de elementos que evocan una atmósfera romana, enriqueciendo la lectura simbólica de la escena, donde el pelo no es un simple detalle narrativo, sino un vehículo para explorar nociones de salud, juventud, nutrición y belleza como valores sociales y estéticos profundamente arraigados.
La segunda obra que presentamos es Dos sátiros (nombre original: Zwei Satyrn), localizada en la Pinacoteca Antigua de Múnich, Alemania. Es un cuadro al óleo de 75.5 x 61 cm, que demuestra la “fuerza pilosa” por el abundante pelo, la barba y la inquietante mirada. Es una de esas obras que deja a uno absorto, la mirada atrayente, hipnotizante, como el hipnotismo del fuego, o del mar. Una mirada que, como describe Carnota:4 “es una expresión entre lo perverso, lo malicioso y lo lascivo”. El mismo autor indica, en una editorial de historia de arte, que estos personajes, es decir, los sátiros, salen de forma constante en la obra de Rubens quien, sin duda, generaba atracción y simpatía, que son el símbolo más perfecto para representar las pasiones desenfrenadas y la lujuria. Figura 2
Desde una perspectiva contemporánea, el pelo continúa siendo un marcador visible del bienestar general. Ambas obras son un reflejo de esto. En el ámbito de la dermatología y la medicina en general la caída del pelo se reconoce como un signo clínico asociado con procesos patológicos y con el envejecimiento. Un ejemplo inicial de esta relación es el encanecimiento, consecuencia de la disfunción y muerte de los melanocitos melanogénicos de la unidad pigmento-folicular. Se ha propuesto que, durante una única fase anágena, la unidad pigmento-folicular es autosuficiente y no requiere la reposición continua de células madre melanocíticas. Por ello, se considera que el encanecimiento inicial no está directamente relacionado con el agotamiento de las células madre melanocíticas. No obstante, con el envejecimiento, estas células madre tienden a acumularse sin contribuir a la regeneración de melanocitos maduros, lo que explica el avance del encanecimiento del pelo.5
Otra manifestación frecuente es el efluvio telógeno, un trastorno no cicatricial de la piel cabelluda, caracterizado por una pérdida difusa y excesiva de pelo, desencadenada por múltiples factores: administración de fármacos, alteraciones metabólicas, deficiencias nutricionales, alguna disfunción sistémica, así como estrés fisiológico y emocional.6
En este mismo contexto, la alopecia androgénica, también denominada alopecia de patrón, representa la forma más prevalente de pérdida de pelo en hombres y en mujeres.6 Se trata de una alopecia no cicatricial, de evolución gradual, vinculada con factores genéticos y con la influencia de hormonas androgénicas. No obstante, las investigaciones recientes han señalado la participación de mecanismos adicionales, como la microinflamación crónica y el estrés oxidativo.7 La alopecia androgénica se ha relacionado, a través de la inflamación crónica, con diversas comorbilidades: enfermedad coronaria, síndrome metabólico y cáncer de próstata.8 Asimismo, los pacientes con alopecia androgénica pueden experimentar un efecto psicosocial significativo, reflejado en baja autoestima, ansiedad y síntomas depresivos.9
En este sentido, el relato bíblico de Sansón, junto con su representación pictórica, nos invita a reflexionar acerca del pelo no sólo como un atributo estético, sino también como un biomarcador del equilibrio fisiológico y emocional del individuo.
La segunda obra, lejana del mundo religioso y bíblico y más cercana al comportamiento humano, sin duda, hipnotiza al espectador, pero el marco y la fuerza del personaje central radican justamente en la fuerza del pelo, lo que indica demostración de la virilidad, el brío y la lujuria.
REFERENCIAS
1. Vergara A. Rubens, Pedro Pablo. Museodelprado.es. https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/rubens-pedro-pablo/0e58fabf-fce4-426d-8ff3-945c15f4030b
2. The National Gallery, London. Peter Paul Rubens. Org.uk. https://www.nationalgallery.org.uk/paintings/peter-paul-rubens-samson-and-delilah
3. Peter Paul Rubens. https://www.wikiart.org/es/peter-paul-rubens
4. Historia de Arte. https://historia-arte.com/obras/dos-satiros
5. Feng Z, Qin Y, Jiang G. Reversing gray hair: Inspiring the development of new therapies through research on hair pigmentation and repigmentation progress. Int J Biol Sci 2023;19 (14): 4588-607.
6. Asghar F, Shamim N, Farooque U, Telogen effluvium: A review of the literature. Cureus 2020; 12 (5). doi: 10.7759/cureus.8320
7. Oiwoh SO, Enitan AO, Adegbosin OT, et al. Androgenetic alopecia: A review. Niger Postgrad Med J 2024; 31 (2): 85-92. doi: 10.1007/s12020-017-1280-y
8. Trüeb RM. Oxidative stress in ageing of hair. Int J Trichology 2009; 1: 6-14. doi: 10.4103/0974-7753.51923
9. Yu NL, Tan H, Song ZQ, Yang XC. Illness perception in patients with androgenetic alopecia and alopecia areata in China. J Psychosom Res 2016; 86: 1-6. doi: 10.1016/j.jpsychores.2016.04.005
Este artículo debe citarse como: Guerrero-Ponce AE, Bonifaz A. La fuerza del pelo: simbolismo y salud en Sansón y Dalila y Dos sátiros de Rubens. Dermatol Rev Mex 2025; 69 (5): 716-719.