The trichology revolution in Mexico: The power of trichoscopy in the study of hair and scalp diseases.
Dermatol Rev Mex. 2025; 69 (4): 443-444. https://doi.org/10.24245/dermatolrevmex.v69i4.10616
Durante el último decenio hemos sido testigos de una auténtica revolución en el abordaje clínico y académico de las enfermedades del pelo y la piel cabelluda en México. Esta transformación no ha sido producto del azar, sino del impulso conjunto de sociedades científicas, plataformas educativas, líderes nacionales e internacionales y, sobre todo, del perfeccionamiento de una herramienta que ha cambiado el paradigma diagnóstico: la tricoscopia.
La tricoscopia ha permitido a los dermatólogos observar con precisión estructuras foliculares, vascularización, signos inflamatorios, alteraciones del tallo y patrones cicatriciales en tiempo real y sin recurrir a métodos invasivos. Gracias a esta técnica, hemos podido diferenciar con mayor exactitud entre formas clínicas que antes resultaban solapadas o poco claras, como el efluvio telógeno crónico, la alopecia frontal fibrosante, la foliculitis decalvante, o la alopecia areata incipiente. Su uso rutinario ha elevado de forma sustancial la calidad del diagnóstico dermatológico en consulta, lo que permite tratamientos dirigidos y vigilancia precisa de la respuesta clínica.
Este cambio metodológico ha sido impulsado institucionalmente por la creación de la Sociedad Mexicana de Tricología, cuyo objetivo ha sido posicionar el estudio del pelo y la piel cabelluda como una prioridad en la dermatología clínica y formativa. México, además, ha sido cuna de la International Society of Trichoscopy, una organización nacida en territorio nacional que ha promovido la tricoscopia como lenguaje común entre especialistas de todo el mundo. Este reconocimiento internacional ha colocado a nuestro país como un referente emergente en tricología diagnóstica.
El estudio del pelo y sus enfermedades no es un tema menor. El pelo cumple funciones biológicas, sensoriales y sociales que repercuten directamente en la salud emocional, la percepción de identidad y la calidad de vida de quienes lo pierden. Para muchas personas, especialmente mujeres jóvenes y pacientes con enfermedades inflamatorias o autoinmunitarias de la piel cabelluda, la pérdida de pelo representa una fuente de angustia constante. En este contexto, contar con herramientas diagnósticas avanzadas como la tricoscopia permite no sólo un tratamiento médico más efectivo, sino también una experiencia de atención más humana y empática.
Uno de los logros más destacables de este movimiento ha sido la consolidación de programas de formación médica continua centrados en tricología. En la actualidad los dermatólogos pueden acceder a adiestramientos especializados, como maestría en tricología de la Universidad de Alcalá (España), los cursos internacionales de tricología del CILAD y, de forma especialmente relevante, el diplomado en enfermedades del pelo y de las uñas avalado por la UNAM, que representa la única oferta académica formal de este tipo en el país. Este diplomado ha sido decisivo para estandarizar conceptos, promover el uso clínico de la tricoscopia, y fomentar el pensamiento crítico en torno al diagnóstico y tratamiento integral de las alopecias.
El liderazgo en esta transformación también ha estado respaldado por figuras fundamentales del ámbito tricológico. A nivel internacional, la Dra. Antonella Tosti ha sido precursora en sistematizar el conocimiento clínico de las alopecias, mientras que la Dra. Lidia Rudnicka ha desarrollado algoritmos tricoscópicos que hoy son base del diagnóstico global. En el escenario mexicano, el Dr. Daniel Asz se ha distinguido como formador, clínico y promotor incansable del desarrollo de la tricología nacional y es uno de los pilares en la estructuración académica del diplomado y en el fortalecimiento de la Sociedad Mexicana de Tricología.
Gracias al impulso conjunto de estas iniciativas y actores, la dermatología mexicana ha dejado atrás la visión simplificada del estudio del pelo como una preocupación estética. Hoy reconocemos que las enfermedades del pelo y la piel cabelluda tienen implicaciones inmunológicas, hormonales, infecciosas y psicosociales que deben tratarse con rigurosidad científica, sensibilidad humana y herramientas tecnológicas avanzadas.
La tricoscopia no sólo ha permitido observar mejor; ha transformado la manera en la que escuchamos y entendemos a nuestros pacientes. En México, esta herramienta ha sido el motor de una nueva etapa para la dermatología del pelo: más precisa, más empática y más conectada con la ciencia global.
Carlos Barrera Ochoa
Dermatólogo-tricólogo
Miembro de la Sociedad Mexicana de
Tricología, Ciudad de México
Este artículo debe citarse como: Barrera-Ochoa C. La revolución de la tricología en México: el poder de la tricoscopia en el estudio de las enfermedades del pelo y la piel cabe-lluda. Dermatol Rev Mex 2025; 69 (4): 443-444.