Dermatol Rev Mex. 2025; 69 (1): 1-3. https://doi.org/10.24245/dermatolrevmex.v69i1.10346
Leticia Boeta Ángeles
Servicio de Dermatología, Hospital Juárez del Centro, Ciudad de México. Miembro del American College of Mohs Surgery.
La cirugía de Mohs es un procedimiento quirúrgico altamente especializado, utilizado para eliminar cánceres de piel de manera efectiva, mínimamente invasivo y con la menor cantidad posible de tejido sano afectado. En el decenio de 1930 Frederick Mohs inició esta técnica como estudiante de medicina, posteriormente cursó la especialidad de cirugía general y continuó trabajando con esta técnica mejorándola, llevándola a cabo en humanos y haciendo los primeros reportes de una mejor tasa de curación comparada con las técnicas quirúrgicas utilizadas. En esos momentos cada estadio podía efectuarse en, al menos, un día de trabajo. En la década de 1970 los doctores Tromovich y Stegman modificaron la técnica para practicarla en tejido fresco congelado. Desde ese momento la técnica ha permanecido como el patrón de referencia en el tratamiento del cáncer de piel. Es conocida por su alta tasa de curación, especialmente en tumores cutáneos de alto riesgo o histología compleja, que se encuentran en áreas delicadas, como los párpados, la nariz y los pabellones auriculares.
La técnica consiste en remover el tejido como un plato hondo para que sea procesado y cortado en secciones codificadas por números y colores con la finalidad de revisar el 100% de los márgenes quirúrgicos, a diferencia de un estudio transoperatorio en el que se revisa el 1% o menos del tejido. El tejido es extirpado por el cirujano quien, además, es el encargado de procesarlo y revisarlo, posteriormente el paciente podrá ser reconstruido para lo que existen varias técnicas, como el cierre por segunda intención, cierre primario, injertos, colgajos cutáneos y colgajos interpolares. No es un procedimiento sencillo, se requieren habilidades quirúrgicas y adiestramiento para familiarizarse con el tejido fresco congelado para posteriormente poder diagnosticar si hay tumor residual o no, así como tener la capacidad de reconstruir al paciente. De esta manera, el cirujano extirpa el tejido, hace su revisión histológica y efectúa la reconstrucción.
El adiestramiento en Estados Unidos puede llevarse a cabo bajo los auspicios del American College of Mohs Surgery, tiene duración de uno o dos años según la sede. Cuando se cursan dos años puede estar dentro del programa de procedimientos estéticos o de investigación. A través del colegio surgió la revista Dermatologic Surgery, que se convirtió en una publicación importante para quienes hacemos cirugía dermatológica o cirugía de Mohs. Para poder ser miembro del American College of Mohs Surgery se requiere haber sido capacitado por alguno de sus miembros y documentar 500 casos. En Estados Unidos también existe la Society for Mohs Surgery, a ésta pueden acceder dermatólogos extranjeros al documentar 50 casos de cirugía de Mohs o 45 casos que hayan tratado durante el segundo o tercer año de su residencia y otros 30 casos en los siguientes dos años después de haber egresado. Los miembros del colegio y de la sociedad deben aprobar exámenes de certificación y comprometerse a seguir estándares éticos y de formación continua.
En México se ha incrementado la disponibilidad de la cirugía de Mohs, sobre todo en ciudades grandes como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Sin embargo, a pesar de sus indiscutibles beneficios, la cirugía de Mohs enfrenta algunos desafíos en el país, especialmente cuando se trata de la calificación y certificación de los médicos que la practican. Esto es un tema delicado porque algunos médicos no certificados, o sin la formación adecuada, pueden estar efectuado este tipo de procedimientos, lo que pone en riesgo la salud de los pacientes. En nuestro país la cantidad de cirujanos de Mohs certificados por el American College of Mohs Surgery se reduce a uno. Las sedes para el adiestramiento también se reducen al Hospital Juárez Centro, donde, desde 2022, se forman cirujanos de Mohs inicialmente reconocidos por la Universidad de Hidalgo y, a partir de 2025, por la Universidad Nacional Autónoma de México. Han egresado cinco cirujanos de Mohs, cuatro nacionales y uno extranjero. Si se toma en cuenta que el cáncer de piel es el segundo o tercero en frecuencia de toda la economía, aún somos muy pocos.
También están quienes han tenido la oportunidad de hacer una estancia con algún cirujano de Mohs en Europa o Estados Unidos por algún tiempo, pero, hasta donde mi conocimiento llega, no dura más de dos o tres meses y la practican en clínicas privadas debido a que el sistema de salud no provee el equipo e instalaciones necesarios, lo que limita a la cirugía de Mohs a ser practicada para beneficiar a solo una pequeña élite de la población mexicana. Sin embargo, la cirugía de Mohs se ha puesto de moda entre las generaciones de dermatólogos jóvenes que leen sobre la técnica y quienes, ávidos de conocimiento, se inscriben a cursos que algunas sociedades o universidades imparten en línea y, después de haber pagado cantidades importantes de dinero, y con experiencia práctica de una semana, ostentan el título de cirujanos de Mohs. Esto hace preguntarme si yo me operaría del apéndice por un médico que recibió su capacitación en línea o vio videos de cómo hacer una apendicetomía. Es una analogía para el cáncer de piel.
La cirugía de Mohs es una técnica compleja que requiere no sólo conocimientos quirúrgicos avanzados, sino también una comprensión profunda de la patología y la interpretación microscópica, además de tener la capacidad de reconstruir los defectos producidos por la cirugía. Practicarla sin una capacitación adecuada puede resultar en la extirpación deficiente del tumor, lo que aumenta el riesgo de recurrencia del cáncer, o en cicatrices innecesarias y deformaciones. Es fundamental que los pacientes se aseguren de que el cirujano esté certificado por las autoridades correspondientes y tenga experiencia en esta técnica. Lamentablemente, en algunos casos, médicos sin la formación adecuada se presentan como especialistas en cirugía de Mohs, lo que genera desconfianza en la técnica y pone en riesgo la salud de los pacientes. Por ello, es esencial que los pacientes investiguen y verifiquen las credenciales de sus médicos antes de someterse a cualquier procedimiento.
Estoy convencida de que se requiere un adiestramiento adecuado para llevar a cabo esta cirugía y también reconozco que las condiciones en México no son fáciles porque no todos los centros hospitalarios cuentan con la infraestructura, materiales, tinciones y capacitación para practicarla. Esta técnica quirúrgica es un avance revolucionario en el tratamiento del cáncer de piel. Con su capacidad para eliminar los tumores con una precisión increíble y una tasa de curación altísima, es la opción preferida por muchos pacientes en todo el mundo. En México, contar con acceso a esta técnica puede hacer una gran diferencia, no sólo para la salud, sino también para la calidad de vida de los pacientes. Pero, como con cualquier procedimiento quirúrgico, es fundamental asegurarse de que el profesional esté debidamente capacitado y certificado.
Recibido: enero 2025
Aceptado: enero 2025
Este artículo debe citarse como: Boeta Ángeles L. Cirugía de Mohs en México. Dermatol Rev Mex 2025; 69 (1): 1-3.